Los templarios y los Borgia

El apellido Borgia (adaptación italiana del español borja, pues ese era el origen de la familia en cuestión) es sinónimo de relajamiento, desenfreno y corrupción dentro y fuera de la iglesia. De ella salieron dos papas. Alfonso de Borgia consolido la presencia de la familia en Italia y ascendió al trono pontifico como Calixto III (1455-1458). Su sobrino Rodrigo de Borgia, soborno al cónclave que se realizo en 1492 y, entre acusaciones de simonía, ascendió al papado como Alejandro VI (1492-1503). Durante su pontificado fue padre de diversos hijos naturales que procreó con su amante Vanozza Catanei. Uno de ellos fue Cesar Borgia, quien trato de establecer su propio principado secular en Italia central y sirvió de modelo para El Principe, la obra clásica de filosofica política escrita por Nicolás Maquiavelo. Su hermana Lucrecia fue cómplice para muchas de sus intrigas y ambiciones políticas; sostuvo una relación incestuosa con el, participó en las grandes orgías que se celebraban en el Vaticano y procrearon un hijo que se conoce como Infans Romanus. La familia tuvo otros miembros distinguidos como San Francisco Borgia, bisnieto de Rodrigo que llego a ser canonizado. El linaje desapareció finalmente en el siglo XVIII.

Primera campaña:

Tras ser tomado Milán, César puede partir con su ejército en noviembre de 1499, secundado por 300 lanzas y 4000 suizos del ejército francés a cargo de Yves II d’Alègre, iniciando su campaña contra Imola, que cae a primeros de diciembre. La ciudad de Forli se rinde, pero la condesa Catalina Sforza defiende la ciudadela virilmente al mando de 700 hombres. Sin embargo, acaba siendo tomada el 12 de enero. Apresada Catalina, fue recluida en el castillo Sant’Angelo en Roma, hasta su liberación en junio de 1501.

Cuando estaba preparándose para marchar contra Cesena y Pesaro, Ludovico el Moro irrumpe en el Milanesado desde Como con un ejército de mercenarios suizos. Reclamado urgentemente en Lombardía, Yves d’Alègre, acude con sus tropas para servir a Luis XII en su pugna por el ducado de Milán. Sin ese apoyo, César opta por regresar a Roma, donde realiza una entrada triunfal el 26 de febrero de 1500.

Fuente: http://losultimostemplarios.blogspot.com.es/2013/03/el-secreto-de-los-borgias.html

Assasins Creed III

Si la época de las cruzadas y sus escenarios sirvieron para que se mostrase hace cinco años el funcionamiento de una revolucionaria tecnología llamada Animus de la mano del recordado Altair, los tres siguientes títulos se movieron en épocas como la fastuosa Italia del Renacimiento, Constantinopla o la Capadocia bajo la piel de Ezio Auditore, sirviendo la entrega más reciente, Revelations, como nexo de unión –a la par que de control- entre los tres personajes principales de la saga, Altair, Ezio y Desmond Miles, interconectando sus historias de pasado sanguinario, recuerdos de muerte y tragedias familiares en un final que, a pesar de proporcionar esa revelación que su título prometía, dejaba con nuevas incógnitas tras una conclusión que de nuevo no cerraba la serie, sí la saga de Ezio, pero no la de Desmond, el hilo principal desde la primera entrega, dejando hilos narrativos abiertos. La historia del descendiente se quedaba además en un climax críptico para muchos, uncliffhanger verdaderamente radical que Ubisoft ha prometido que concluirá, pero no en la vieja Europa, ni en las exóticas tierras de Oriente. No en vastos y ricos palacios de oro y poder, ni en lujosas calles engalanadas con opulencia y codicia, sino en ese mítico nuevo mundo que fue, y ahora en la saga es, América.

De ver su tierra invadida, saqueada por un enemigo que quiere imponer su visión a fuego y sangre. Connor apenas conocía la libertad de un mundo en paz, virgen del progreso y la obsesión industrial europea. Un mundo en el que la naturaleza lo era todo para aquellos que vivían en armonía tribal con ella. Pero esta realidad ardió un día junto a su aldea, arrebatando todo lo que quería, dejándolo solo, sin más que su arco, su tomahawk y su instinto de supervivencia. Hasta que alguien le enseñó algo más que a ocultar su identidad bajo una capucha blanca; algo más que trepar por tejados sin ser visto; de matar sin dejar rastro. Le enseñó un credo, el de los Asesinos. Y le abrió las puertas de un grupo secreto que se convertiría en su vida, las de la Hermandad. Ese alguien se presenta a partir de la cuarta o quinta hora de juego, tras un sosegado prólogo que arranca el nuevo argumento en un espectacular primer asesinato en la Ópera de Londres, con un desconocido capitán como protagonista y primer personaje a controlar durante los primeros pasos. Y el fin del mundocorre en contra de los descubrimientos pasados y presentes que hará un más entregado Desmond al unísono, más protagonista que nunca y con una nueva conexión con las Civilizaciones Primitivas.

Fuente: www.meristation.com

Assasins Creed II

Ezio Auditore Da Firenze, un joven italiano que vivía la «dolce vita» a sus 17 años, se encuentra en un momento trágico de su vida, cuando las familias «amigas» de los Auditore conspiran contra su familia y consiguen encarcelarlos. Ezio logra hablar con su padre, Giovanni Auditore, banquero de la ciudad y asesino en secreto, en la cárcel, donde éste le dice a su hijo que vaya a su casa, descubra una habitación contigua y secreta y se apropie de todo lo que encuentre allí. Ezio descubre en la habitación un baúl de su padre, en el cual hay una vestimenta de asesino, una espada y una hoja oculta rota, que más tarde Leonardo Da Vinci reparará. No consigue impedir que asesinen a su padre y a sus dos hermanos, Federico y Petruccio. Ezio huirá de Florencia con lo que le queda de su familia, su hermana y su madre. Es asaltado por un grupo de soldados dirigidos por Vieri de Pazzi, enemigo principal de Ezio, en medio de campo abierto, y rescatado al borde de la derrota por su tío Mario Auditore, que lo lleva a su pequeña villa, Monteriggioni, donde aprende lo básico en lo referente a manejarse con la espada, así como técnicas de evasión y defensa, mientras aprende simultáneamente los secretos de su familia.

Ezio Auditore logrará crecer como hombre a la vez que mejora sus dotes de asesino, fundamentales para llevar a buen puerto los desafíos que le esperan en la Italia Renacentista. Para ello, contará con la ayuda de personajes históricos tan influyentes como Leonardo da Vinci, cuya visionaria concepción del arte, la naturaleza y la tecnología le llevarán a diseñar todo tipo de instrumentos con la única intención de ayudar a su querido amigo Ezio. Más allá de la venganza, se revela la necesidad de perpetrar el trabajo que, durante años, había llevado a cabo su progenitor entre las sombras.

Fuente: http://www.taringa.net/posts/info/14238118/Historia-de-Assassin-s-Creed-2.html

Assasins Creed 1

La histora arranca en el hospital psiquiátrico Saint Erembert, donde los supervisores llevan a los pacientes de vuelta al centro al llegar el anochecer. Sin embargo, un supervisor se da cuenta de que falta un paciente. Al poco tiempo, se encuentra a su compañero muerto. El supervisor entra en pánico y empieza a gritar para pedir socorro, pero es asaltado por el asesino, el cual se llama a si mismo como «Sujeto 16». Este Sujeto 16 procedio a escalar un muro para luego realizar un Salto de fe.

En un pasado muy lejano, un Asesino viajaba hacia un campamento romano, presentandose a si mismo como «Aquilus, hijo de Lucius». Aquilus entablo una discursión con el general del campamento, Gracchus, el cual ordeno a sus hombres tenderle una emboscada al Asesino. Gracchus, al terminar de hablar con Aquilus, apuñalo a este en el hombro. Debido a la perdida excesiva de sangre, Aquilus callo desmayado al suelo.

En el presente, en los laboratiros de Abstergo, Desmond Miles emerge de las memorias de Aquilus -exploradas gracias a la máquina «Animus» – mientras Warren Vidic y varios ejecutivos de Abstergo lo monitorizan. Los ejecutivos, al ver el fracaso de Aquilus, deciden desaherse de Desmond, pero Lucy Stillman, otra presente en la sala, insiste en que Desmond tiene otros antepasados que podrian ser explorados para encontrar el fruto del edén, a lo que los ejecutivos acceden a regañadientes.

Mientras Desmond descansa, los ejecutivos se reunen en una sala de conferencias para hablar de lo ocurrido con Desmond y con un sujeto de pruebas anterior, el Sujeto 16, que debido a la sobreexposición al Animus, enloquecio, causando que noqueara a los encargados de la sesión y grabara símbolos aparentemente intelegibles en el suelo a partir de su propia sangre. El Sujeto 16 fue finalmente reducido por guardas de seguridad, los cuales lo sedaron y metieron en su habitaculo, con cintas para evitar que se escapara. Pese a estas medidas, fue encontrado tirado en el suelo desnudo y cubierto de sangre, con las mismas pintadas por las paredes, lo que causo que fuese enviado a un centro psiquiátrico.

Fuente: http://es.assassinscreed.wikia.com/wiki/Assassin%27s_Creed_1:_Desmond

Secretos y el Santo Grial

Considerada una de las organizaciones más misteriosas de la tierra. Aunque Los Templarios se llamaban a si mismos: “Los Pobre Caballeros de Cristo”, estaban considerados como una de las estructuras más ricas de Europa.

Los Templarios eran una orden religiosa – militar conformada por hombres santos pero guerreros feroces y sangrientos.

Ellos guardaban fuertes votos de pobreza, pero con una acumulación de riquezas superior a la de muchos reyes.

La mayor reliquia de la Cristiandad estaba protegida y custodiada por ellos y se creía que buena parte de su poder venía de ahí; ellos fueron los custodios del “Santo Grial”.

Cuando Los Templarios llegan a la cima son destruidos y su fortuna se desvanece.

En 1307 el reinado de los Caballeros Templarios llega a su fin, son acusados de Herejía, interrogados intensamente y confiesan.

Dos siglos de poder y riqueza se desaparecen de la historia, pero dejando atrás un gran misterio.

Muchos estudiosos dicen que el origen de la riqueza de Los Templarios, es una reliquia antigua la cual fue descubierta bajo las ruinas de un viejo templo Judío en Jerusalén.

¿Y donde está esa poderosa reliquia?

“Sigue siendo un enigma”.

En el año 1097 de la era cristiana, un ejercito de caballeros europeo marchan miles de kilómetros hacia una región llamada por ellos: “Tierra Santa”.

Los estados musulmanes dominan el oriente medio, en una extensión extendida desde Persia hasta España.

El Papa Urbano II clama por una “Guerra Santa”, para liberar la ciudad más sagrada del Cristianismo: Jerusalén.

Tres años demoraron los cruzados para llegar a la ciudad santa.

En los caminos: batallas, enfermedades, el hambre pasa su factura y cobran muchas vidas.

De los 4000 caballeros que salieron para Jerusalén, solo llegaron un poco más de 1000.

En Julio del año 1099, después de una fiera batalla de 5 semanas, los cruzados toman la ciudad.

Esto fue un colosal baño de sangre, todos fueron masacrados: Cristianos, Judíos y Musulmanes.

En el año 1118 eligen su tercer gobernante y lo llaman Rey Balduino II.

Fuente: http://www.eltarotsideral.com

La alimentación de los Templarios

Todo cuanto se refiere a los alimentos estaba especificado en el Temple. En la regla de todas las órdenes monásticas se incluyen artículos que regulan la forma de comer, el horario e incluso los alimentos que han de tomar los monjes, con los respectivos momentos y días dedicados al ayuno. Por su propia constitución y las normas que en él rigen, un monasterio es un centro para ascetas en el que el lujo y la voracidad solían estar ausentes. La frugalidad es la comida, tanto en la cantidad como en la sofisticación a la hora de elaborar los platos, es norma habitual en los conventos. Ahora bien, los templarios eran soldados, hombres de armas, y por tanto sus cuerpos debían estar suficientemente alimentados para mantener las fuerzas y no desfallecer en el combate; por esa misma razón, el ayuno no se contempla para los miembros de la Orden, pues siempre debían estar preparados para la batalla, salvo los viernes desde Todos los Santos hasta Pascua. Por ello, las comidas que realizaban y la cantidad son distintas a las de las órdenes que se dedicaban sólo al estudio o a la oración.

La regla impone que las comidas se hagan siempre en común, en el comedor del convento y en presencia de todos los hermanos, aunque por turnos y separados según las categorías. Un toque de campana, la bendición y el rezo de un Padrenuestro daban paso a la hora de comer y a la de cenar. En el refectorio, los templarios comían en silencio mientras escuchaban las Sagradas Escrituras leídas por un clérigo desde un púlpito. En el comedor, el maestre, o el comendador en su caso, ocupaba el sitial de honor, y eran los ancianos quienes se sentaban en primer lugar en torno a unas mesas cubiertas con manteles blancos.

Fuente: http://templebarcelona.blogspot.com.es/2009/08/la-alimentacion-de-los-templarios.html

La auténtica historia templaria

Corre el mes de junio de 1308. Frey Pedro Rovira, caballero templario en la Corona de Aragón, lleva medio año refugiado tras los muros del castillo que la orden posee en Libros, a orillas del río Turia, en la provincia de Teruel. No es difícil imaginar la soledad y el desánimo que embargan el corazón del templario. Hace menos de un año, en octubre de 1307, el monarca francés Felipe IV detuvo por sorpresa a sus hermanos de la orden en el país vecino, bajo terribles e injustas acusaciones de herejía. Poco después, en diciembre, ocurrió lo impensable. El rey de la Corona de Aragón, Jaime II, a quien tan buenos servicios habían prestado, siguió el ejemplo de Felipe IV y ordenó detener a todos los templarios de la Corona y confiscar sus bienes. Algunos hermanos, entre ellos el maestre provincial –frey Ximeno de Landa–, no tuvieron tiempo de reaccionar y fueron apresados de inmediato. Otros, como el propio Rovira, consiguieron atrincherarse en alguna de las fortalezas de la orden y resisten como pueden el duro asedio al que les someten las tropas del rey. Sin embargo, la soledad del templario Rovira es doble: a la rabia que le consume por saberse víctima de una injusticia, se suma el hecho de ser el único hermano que resiste allí, pues sólo cuenta con la ayuda de un puñado de seglares fieles a la orden.
 Unas semanas más tarde, vencido ya por el hambre, la fatiga y el desánimo, el heroico frey Pedro Rovira rendirá la plaza a las tropas reales, siendo detenido y conducido hasta La Alfambra. Algunos de sus hermanos, repartidos por distintas fortalezas del Temple como Miravet, Ascó, Monzón o Chalamera, resistirán aún varios meses más, antes de la rendición definitiva. Son los últimos momentos de la Orden del Temple, cuya historia apenas se había prolongado durante dos siglos, pero que ya había conseguido dejar una huella imborrable en la península Ibérica.

Fuente: http://www.historiadeiberiavieja.com

Los Templarios en Valencia

Su ayuda en la conquista del Reino de Valencia fue ampliamente recompensada. Con el rey Alfonso en 1169 comenzaron las predonaciones al Temple que incluían los castillos y villas de Oropesa y Chivert. En 1211 del rey Pedro recibieron los pueblos y la torre de Ruzafa, el pueblo de Cantavella y el castillo y término de Culla.

Pero fue con Jaime I cuando sus posesiones se incrementaron enormemente, les concedió el castillo de Pulpis(1227), Chivert (1233), los pueblos de Mantella y Benahamet y en el mismo año un tercio de la ciudad de Burriana.

En 1237 el pueblo de Seca y la mitad de las dársenas de Denia, los pueblos fortificados de Moncada y Carpesa, un sector de la villa de Liria.

Peñíscola que había sido prometida a los Templarios tiempo atrás fue concedida en 1294 junto con Albocacer, Ares, Benicarló, Cuevas de Vinromá, Serratella, Tirig, la torres de los Domeges, Villanueva de Alcolea, Vinaroz y muchas oras posesiones menores.

En la ciudad de Valencia recibieron la torre central de la defensa con un largo sector de la muralla y la barbacana, también unas calles de la ciudad en la parroquia de San Esteve, con cincuenta casas. Había, así mismo, tierras incluidas en esta donación.

Además recibieron los Templarios numerosas posesiones a través de legados y testamentos de particulares.

Fuente: http://www.uv.es/charco/documentos/templarios.htm

Aragón, tierra templaria

En la Corona de Aragón las ordenes militares, no solo la orden Templaria sino también la del Hospital, Calatrava, San Jaime y San Jordi y el Santo Sepulcro, tuvieron una actuación decisiva en las fronteras de la conquista cristiana en los siglos XII y XIII. Constituyeron un conjunto de ejércitos en pie de guerra permanentemente, únicos por su solidaridad y cohesión, por su desinterés y por su “espíritu”. Sus múltiples posesiones les proporcionaron un notable capital para la guerra y la colonización de la frontera. Poseían organización, experiencia, habilidad y autonomía prácticamente total. Por encima de todo combinaban en una sola vocación los dos entusiasmos de esta época valerosa: el heroísmo del monasterio y el heroísmo de la guerra. La tierra de Aragón fue una de las preferidas por los Templarios ya que sus terrenos eran perfectos para que los ejércitos pudieran prepararse para futuras guerras con amplios terrenos para la práctica. 

Los Templarios brazos de hierro para los reyes de Aragón
Los caballeros del Temple lucharon valerosamente junto a los reyes de la corona de Aragón y hacia mediados del siglo XII ya estaban sólidamente establecidos en sus territorios. Desde esta época son numerosos los privilegios y donaciones de casi todos los reyes siendo la más importante la de Alfonso I, el Batallador, que les hizo herederos con los Hospitalarios y los caballeros del Santo Sepulcro de sus reinos de Aragón y Navarra, aunque, a su muerte, no fue aceptado el testamento. Ramón Berenguer IV les concedió diversos castillos, villas, rentas y exención de tributos y otros privilegios. Los caballeros Templarios sirvieron, también, a Alfonso II y Pedro II. Con este último comenzó su actuación en tierras valencianas, hacia 1210, prestando gran ayuda en la conquista de los castillos de Ademúz, Castielfabib y Sertella.

Fuente: http://www.uv.es

Batallas templarias

Cuando iban de facción o a acometer al enemigo, llevaban delante labalza o estandarte de la Orden. Seguían los caballeros formados de dos en dos, o según convenía, en traje de campaña, armados con sus lanzas y espadas, sin ruido ni algazara, y esperando impávidos e inmóviles al enemigo, cuando así lo disponía el jefe o gran maestre. Si era preciso atacar, eran de los primeros en acometer y lanzarse sobre el enemigo, y los últimos a retirarse, dejando siempre en el campo de batalla pruebas indudables de su valor. Pocos momentos antes de entrar en acción, el gran maestre o los comendadores mandaban tocar las bocinas y atabales de la Orden, y reunidos entonces todos en comunidad entonaban con la mayor devoción aquellas humildes palabras del profeta David: non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam: no a nosotros Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da toda la gloria. Nunca se rendían en la batalla y luchaban hasta el final con valentía hasta conseguir la victoria en el campo de batalla.

Solían acometer al enemigo buscando las alas del ejército contrario, o aquel flanco que consideraban más a propósito, sin atreverse jamás a retirar, a no ser que así lo mandase el jefe, derrotando enteramente al enemigo o muriendo todos en la pelea. Si por acaso alguno de ellos no se portaba con toda la valentía que era de esperar, se le imponía por su comendador o gran maestre un riguroso y ejemplar castigo. Quitándoe ignominiosamente la capa con la cruz, principal distintivo de los caballeros; otras veces le expulsaban de la Orden, o a lo menos le echaban de la comunidad, obligándole a comer en tierra sin servilleta, por espacio de un año o más, según consideraba necesario el gran maestre.

Fuente: http://www.torredebabel.com